Es un monumento en forma de serpiente que, supuestamente, está devorando un huevo. Su extensión es tal que sólo se lo puede ver perfectamente desde una altura considerable.
Situado en el condado de Adams, en el estado de Ohio, se trata de un túmulo alargado de formas redondeadas y de escasa altura. Sus medidas son 380 metros de largo por unos 6 de ancho y 1’20 de altura. Este terraplén conforma la llamada Serpent Mound o túmulo de la Serpiente. Teniendo un evidente contorno zigzagueante, se puede distinguir en sus extremos la cola enroscada y la supuesta cabeza a punto de engullirse alguna especie de huevo. En total la efigie presenta unas siete anillas extendidas y tres en la espiral de la cola.
Parece ser que está conformada con una especie de barro amarillo, posiblemente extraído del cercano arroyo de Brush, y dispuesto sobre un lecho de piedras. La construcción del monumento habría requerido el concurso de un gran número de personas y un alto grado de organización para trasladar las cientos de posibles toneladas de tierra, piedras y barro desde el arroyo y disponerlo en tan curiosa forma. También el grado de conocimientos de topografía, en el ámbito indígena claro está, supone una especialización importante para realizar una obra de esta envergadura y que sólo pueda apreciarse en su totalidad desde el aire.
Su construcción está datada hacia el año mil de nuestra era y se atribuye a la cultura de los Adena ( 500 a.C.- 200 d.C.), llamados así por un yacimiento cercano en el mismo estado de Ohio, o bien a la cultura de los Hopewell (1 d.C. – 400 d. C.). Estas dos culturas estaban caracterizadas por su especialización en la construcción de grandes túmulos sepulcrales, generalmente para uso de enterramientos de personajes de alto nivel social como jefes o grandes chamanes. Curiosamente, en Serpent Mound no se han hallado ni restos humanos ni utensilios que sirvieran para datar y adjudicar a una u otra cultura la autoría del monumento. Su atribución a la cultura Adena, así como su datación, se relacionan con un túmulo sepulcral de forma cónica cercano a la serpiente y que sí parece que pertenece a ésta. Pero en los yacimientos de estas culturas casi siempre se ha acostumbrado a encontrar utensilios a modo de ajuares funerarios, principalmente en mica, cosa que, como hemos dicho, no ha ocurrido en Serpent Mound.
De todas formas parece que el lugar fue desde mucho tiempo atrás un lugar sagrado, ya que el montículo está localizado en el borde del cráter formado por el impacto de un pequeño asteroide hace 300 millones de años. Posiblemente el lugar estuviese dedicado a la adoración del espíritu de la serpiente, animal sagrado y relacionado con el agua en algunas culturas indígenas de Norteamérica. En algunos de estos pueblos como los Navajos, la serpiente cornuda es la protectora de las fuentes de agua como engendradoras de vida. Todas las serpientes y las víboras en particular, generalmente, suelen ser considerados como entes espirituales de gran poder, principalmente entre los grupos étnicos del sudoeste norteamericano y el norte de México, acostumbrándose a representarlos en los tejidos, las cerámicas, las rocas o incluso en las pieles que conformarían sus tipis, los clásicos habitáculos en forma cónica de los indios.
Un elemento que hay que tener en cuenta es que el promontorio está orientado a zonas con actividad freática, que quizá sirven como aguas tributarias del cercano arroyo de Brush.
Según Brian Leigh Molyneaux[1], originalmente el “huevo” albergaba un pequeño círculo de piedras quemadas. Así que una hoguera en ese punto (el huevo) sería visible a varios kilómetros de distancia, señalando, quizá, que el espíritu de la Serpiente de la Aguas estaba activo y vigilante.
La primera mención académica del túmulo la encontramos en 1848, en la obra Ancient Monuments of the Mississippi Valley, escrita por Ephraim G. Esquirer y E. H. Davis. Esta obra es el fruto de un trabajo encargado por la Smithsonian Institution de Washington. Estos autores fueron los primeros en levantar un plano del túmulo. Esquirer y Davis formularon la hipótesis de que la construcción del montículo debía tener influencias del Viejo Mundo, ya que el culto y el mito de la serpiente estaban extendidos a varias culturas antiguas, como la egipcia, la cretense e incluso la hebrea.
Tras la publicación de la obra, las visitas a Serpent Mound se produjeron en masa, fue tanto que se llegó a malograr el túmulo. Así al daño efectuado por turistas de la época, se tenía que añadir el daño efectuado por los buscadores de tesoros y el propio de la erosión del suelo. Entonces se pergeñaron planes para convertir el montículo y las tierras aledañas en un enorme maizal, pero esto se evitó gracias a la gestión, entre 1886 y 1889 de Frederick W. Putnam, del Peabody Museum de Harvard que acabó restaurando el monumento. Gracias a sus esfuerzos y a la intercesión de la Sociedad de Damas de Boston, en 1887 el túmulo es integrado en un parque federal, con cuidados a cargo de la Sociedad Histórica de Ohio y de la Universidad de Harvard, los cuales quedarían exentos de pagar impuestos por el parque gracias al acuerdo alcanzado en el acto de legislatura de Ohio en 1888. En 1900 ya es declarado Parque Nacional y se construye la atalaya, que aún hoy día se puede utilizar, para poder observar la efigie en su conjunto.
Hoy aun se desconoce en realidad el significado del túmulo, aunque está oficialmente aceptado que se trata de una serpiente devorando un huevo. Pero las últimas interpretaciones hablan de la representación, en realidad, de un esqueleto de una serpiente, ---es decir, una interpretación más naturalista y artística que sagrada---, siendo la forma oval la cabeza del animal con las fauces abiertas en el momento de la muerte, y el resto del cuerpo sería el esqueleto anillado del animal (ver foto adjunta. Evitando las explicaciones simplistas y absurdas que quieren relacionar el túmulo con algún tipo de misterio sobrenatural o bien con los extraterrestres, sí me gustaría dejar constancia de algunas de las primeras impresiones que suscitó el montículo. Principalmente lo que ha causado mayor controversia es el significado de la figura oval junto a la supuesta cabeza de la figura.
En 1885 John P. McLean publicó un mapa de Serpent Mound, describiendo y señalando, no sólo la forma oval, sino otro montículo que, según él, tendría forma de rana, y estaría situado enfrente del símbolo oval. Teorizó que se trataba de una serpiente acechando a una rana, pero que en el momento en que la serpiente atacaba, la rana saltaría hacia delante eyectando un huevo que el ofidio acabaría tragándose. Así, para McLean, las patas traseras de la rana estarían curvadas alrededor del huevo, mientras que las delanteras lo harían a cada lado.
Durante 1890, Francis Parry había intentado relacionar el Serpent Mound con varios símbolos utilizados por los indios del suroeste y México. Para él la efigie parecía representar al dios del aire, y el huevo sería un emblema solar, siendo la cabeza de la serpiente representado por el triangulo que allí se puede observar.
También en 1890, el anticuario Stephen D. Peet planteó la hipótesis de que el túmulo era la efigie de una divinidad:
“La forma de los peñascos sugiere la idea de una serpiente impresionante... provoca una particular sensación de respeto y temor, como sí allí residiera un gran Manitú ( Espíritu Sagrado)”.[2]
Pero de todas las antiguas interpretaciones, la más curiosa es la formulada por el reverendo Landon West, de Pleasant Hill, Ohio. Creyó que el túmulo de la serpiente había sido creado propiamente por Dios, para designar al condado de Adams como el lugar en el que estuvo el Jardín del Edén. Por consiguiente, la efigie, al no pertenecer a ninguna religión en particular intentaría recordar al hombre su caída y la expulsión del paraíso. La serpiente estaría representada en el momento en que está a punto de comerse el fruto del pecado (la forma oval), símbolo de la desobediencia y la desgracia de Adán y Eva. El zigzagueo del cuerpo y la cola representarían, siempre según el curioso reverendo, el dolor y los castigos del pecado y la angustia permanente por la muerte.
Por mi parte yo sólo remarcaría una cosa. Y es que el hecho de que allí cayera un meteorito y que se puedan divisar y contemplar desde dos puntos en concreto del túmulo los solsticios de verano y de invierno (hoy día estos están indicados por sendos letreros) debe ser indicativo a todas luces de que nos encontramos, a buen seguro, en un terreno designado como sagrado y con signos de adoración de tipo solar. No olvidemos que la serpiente también ha sido asociada a símbolos de sabiduría y como símbolos del más allá. Recordemos también al dios Hermes, de larga tradición ocultista y esotérica, que está dotado con un caduceo con dos serpientes reptando y enfrentadas. También podemos traer a colación el mito de la tribu africana Fon, donde la serpiente cósmica Aida-Hwedo, contribuyó a la creación del mundo al llevar en sus fauces al Creador mientras éste formaba el mundo. Hagamos por último mención del huevo como símbolo del universo en creación, ¿podría interpretarse la efigie como la serpiente creadora del universo, regurgitando el huevo en lugar de tragarlo? En fin, de momento se nos escapa el significado último de la figura representada en el túmulo, así como el por qué la hicieron sólo visible en su conjunto desde un punto muy elevado. Tendremos que esperar.
Para los links de este tema. En español he podido encontrar poca cosa seria sobre el Túmulo de la Serpiente (Lo que más abundaba eran páginas de misterios y cosas por el estilo). De todas formas pude hallar una interesante página sobre los túmulos norteamericanos en general. En inglés tampoco abunda el tema, pero he aquí algunos interesantes, como el website de la Sociedad Histórica de Ohio, en su breve apartado sobre el Serpent Mound, el resto son sobre sitios arqueológicos de Norteamérica los cuales tienen su apartado sobre el túmulo, y he añadido algunos sobre las culturas Adena y Hopwell.
Salud, The Damned.
Bibliografía:
-La Tierra Sagrada. Brian Leigh Molyneaux. Ed. Taschen. Colónia. 2002.
- Indios Norteamericanos. Larry J. Zimmerman. Ed. Evergreen. Colónia 1996.
- The Atlas of World Archaeology. Susan Kennedy, Peter Lewis et alterii. Ed. Brown Reference Group plc. London 2006.
- Mythology of the American Nations. David M. Jones, B.L. Molyneaux. Ed. Hermes House. London 2004.
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