El pasado día 11 de abril falleció Lewis Bindford, uno de los padres junto con Colin Ren

Bindford había nacido en Norfolk, Virginia en 1930 y en sus primeros tiempos trabajó de albañil, experiencia que le sirvió para su posterior dedicación a la arqueología. Durante la Segunda Guerra Mundial fue destinado a Japón para interrogar a los prisioneros de guerra. Allí, en Okinawa, es donde nacería el interés de Bindford por la arqueología, al ayudar a los historiadores a documentar las tumbas que iban apareciendo.
En la década de los años 60 fue cuando quiso romper con los anticuados métodos descriptivos de la arqueología europea y le dio a la nueva arqueología americana las herramientas esenciales para convertirla en una ciencia verdadera. Para Bindford, la arqueología de aquella época estaba demasiado apegada a la datación cronológica por estratigrafía exclusiva. Por tanto, su trabajo teórico ha sido fundamental para la evolución de la arqueología científica, sentando las bases de ésta y dándole el valor que hacia tiempo reclamaba, aunque en muchas ocasiones sus métodos crearon división de opiniones en el cuerpo académico. El revulsivo que llevó a este cambio fue su obra La Nueva Arqueología, publicada en 1973 y que causó gran revuelo, siendo considerado posteriormente por la revista Scientific American, como el arqueólogo más influyente de su generación. Q.D.P.
The Damned.
Noticia del fallecimiento de L. Bindford.