domingo, 6 de abril de 2008

LA CONQUISTA DE BARCELONA POR LOS CAROLINGIOS


La Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino, o más conocida como Barcelona en la actualidad, empezó a ser edificada entre los años 15-13 a. C. por orden de Augusto durante las guerras cántabras. Y desde entonces hasta el siglo XX han sido muchas las veces en que ha sido sitiada y tomada por ejércitos enemigos. Pero si hay que destacar alguno de estos asedios y destrucciones de la urbe, debemos hacerlo con tres. La toma de la ciudad a los musulmanes por las tropas francas de Luis el Piadoso; La destrucción de Barcelona por parte de Almanzor, quedando aquel desastre en las crónicas de la época como el día que murió Barcelona y, por último, la toma de Barcelona por las tropas felipistas en el año 1714, fecha que se celebra en Catalunya como día de fiesta nacional.
Hoy trataremos sobre el primero, más adelante haremos un post sobre la destrucción llevada a cabo por Almanzor en 985.

Antecedentes

El reino franco venía sufriendo una continua serie de ataques y saqueos por parte de los normandos en los territorios del norte y por los árabes en los del sur y, los territorios del este, estaban sacudidos por las hordas de Ávaros provenientes de Hungría. Y a todo esto había que sumarle una serie de problemas en los Estados Pontificios,[1] que creaban a Carlomagno un dispendio de tropas ingente, el cual no podía atender. La solución fue la creación de unos estados tapón que frenasen al menos las correrías de los pueblos al este del reino y de los sarracenos al sur para así poder dedicar el mayor esfuerzo a controlar las tierras septentrionales, que eran las que más quebraderos de cabeza producián al monarca.

Estos estados, a modo de protectorado en un principio, serían las llamadas Marcas. Las Marcas eran unas fronteras que se auto defendían a sí mismas, trasladando el poder real a un representante suyo o vicario, representado por el papel del conde. En Hispania sería la Marca Hispánica o Marca de Septimania. Esta Marca Hispánica estaba delimitada por los territorios de las actuales Catalunya, Aragón y Pamplona.
La idea había sido en un principio ganar todo el territorio hasta el Ebro por el sur, asegurando así una extensa zona hasta poder conquistar toda la península. Uno de los sueños de Carlomagno era el de reunir todo el mundo cristiano bajo una sola mano y fundar la Ciudad de Dios, un mundo libre de bárbaros normandos y sobretodo de infieles sarracenos. Por lo tanto la conquista de la Península Ibérica era un objetivo a llevar a término, que aunque lejano, era factible.

Mientras tanto, los asuntos internos en la Hispania musulmana iban tomando unos derroteros que cambiarían la fisionomía política de ésta, influyendo en el resto de la península. En el año 756 Abderramán I derrota al emir Yusuf al-Fihrí y toma Córdoba, proclamándose emir independiente del Al-Andalus y fundando la dinastía Omeya. Este sería un hecho importantísimo ya que rompería la unidad del mundo musulmán.[2] Poco antes de 777 el califa de Damasco envió un representante a Hispania para intentar sublevar algunas zonas o valiatos contra el nuevo emir. Después de recorrer la costa mediterránea llegó hasta Barcelona donde convence al valí de la ciudad (gobernador árabe), Suleyman Ibn al-Arabí, que intenta independizarse de Córdoba.[3] Junto con otros valíes decide pedir ayuda a Carlomagno para tal empresa.

Así en el año 777, durante la asamblea de Padderborn y mientras que el rey franco esperaba una comitiva de los sajones para rendirle homenaje, llegan los representantes árabes ofreciéndole a Carlomagno, a cambio de su ayuda, la ciudad de Zaragoza. El rey, viendo la ocasión de crear un protectorado en Hispania, acepta y la expedición se lleva a cabo al año siguiente. Cuando Carlomagno llega frente a las murallas de Zaragoza, creyendo que se le iba a rendir la plaza con facilidad, encuentra la renuencia del valí y, sin poder hacer frente a un largo asedio, el rey ordena la retirada de las tropas, no sin antes destruir la ciudad de Pamplona a su vuelta a Aquisgrán. Como respuesta a la devastación de esta ciudad, la retaguardia de los francos es destruida por los gascones o los vascones---aun no está del todo dilucidado por los expertos--- en una emboscada en los estrechos desfiladeros de Roncesvalles, entre los pasos de Ibañeta y Valdecarlos. Allí es donde muere el dux y primer camarlengo, Roldán, que había sido como un hijo para Carlomagno.[4] Éste juró que nunca más volvería a pisar tierra hispánica, cosa que cumplió.

Pero los saqueos sarracenos continuaban en las tierras de frontera y por lo tanto se tenía que poner fin a aquel problema antes que se convirtiera en uno mayor. Las ratzias musulmanas no eran muy frecuentes, pero agravaban el problema fronterizo. De hecho eran el mal menor de Carlomagno, ya que su preocupación principal eran los normandos y sajones del norte y la defensa de los Estados Pontificios.

Ya en 725 Carlos Martel había conquistado la Septimania y en 732 detuvo definitivamente el avance árabe hacia Europa en Poitiers. Su hijo Pipino el Breve, padre de Carlomagno, toma Narbona en 759, liberando también el Rosellón, punto que podría remarcarse como el inicio de la liberación de las tierras catalanas.[6] En 785 la ciudad de Girona se entregará libremente a los francos para huir del dominio musulmán, siendo nombrado como primer conde, de origen franco, Rostany. También en 793 se entregan al poder franco los condados de l’Urgell, Cerdanya y el Conflent. Esta huida e instalación de pobladores en territorios francos, permitido por las autoridades, llevará a Carlomagno a publicar dos Capitulares sobre los refugiados.

En el preámbulo dedicado a estos emigrantes llegados de Hispania podemos leer:
” Algunos hombres, movidos por la inicua opresión y el cruel yugo que sobre ellos imponían los sarracenos, enemigos de la cristiandad, abandonaron sus propias casas y las propiedades que por derecho hereditario les pertenecían, y desde Hispania vinieron a nosotros y se establecieron en la Septimania, y arrancándose de la potestad de los sarracenos se sometieron a nuestro dominio por su libre y espontánea voluntad.”[7]

Así, con la conquista de Girona, la primera Marca establecía sus primeros limites hasta el río La Tordera.[8] Parecía que la conquista de Hispania se quedaría en eso por el momento, pero en 793 el emir de Córdoba ataca de nuevo las fronteras francas en Hispania. Comandados por Abd al-Maliq, uno de los mejores generales del emir, los musulmanes atacan Girona, arrasando también las comarcas de Carcassona y Narbona en la Septimania, llegando hasta la de Roergue. Sin poder tomar Tolosa, a la vuelta, siguiendo la vía del río Segre, devastaron la ciudad de Urgell.[9] Este sería el punto de inflexión que llevaría a Carlomagno a tomar la decisión de frenar el avance musulmán creando una frontera que le ayudase a tal empeño. En la asamblea convocada por Luis el Piadoso en Narbona el 798 le es ordenado al conde Borrell de Urgell y Cerdanya, repoblar, guarnecer y fortificar algunas plazas, con intención de hacerlas servir como base para la conquista de Barcelona. Se fortificaron Osona, Cardona y Caserras.

La Conquista de la Ciudad.

Desafortunadamente la documentación de que se dispone sobre este capítulo de la historia es realmente escasa. Tanto en lo que se refiere a documentación escrita como a la arqueológica. Los principales documentos que hablan de la caída de la ciudad en manos francas son de origen musulmán. Así podemos leer en la descripción que hace de la caída de la ciudad el historiador árabe Ibn Hayyan:

“El año 185 (20 de enero 801 - 09 enero 802) el enemigo franco--. ¡Que Dios maldiga!—conquistó la ciudad de Barcelona, en el extremo de la frontera oriental de los musulmanes (...) penetró en esta frontera y se aprovechó trasladando su guarnición y haciendo retroceder la de los musulmanes hasta Barcelona, sobre la que cayó con todo su peso, sitiándola con todas sus fuerzas. Al encontrarse el gobernador de la ciudad, Sadún al-Ruanyní, desamparado de todos los musulmanes, el enemigo se la arrebató y allí fue trasladada la guarnición franca de la ciudad de Girona. Esta fue una gran desgracia para los musulmanes.” [10]

Pero otras fuentes nos dan más datos, aunque su fiabilidad sea puesta algo más en reserva. Así podemos leer una buena descripción de la conquista en el poema Hechos y Gestas de Ludovico Pío de Ermold el Negro.

A finales de 800 se reunió un enorme ejército compuesto por francos, roselloneses, gascones, godos, provenzales, gerundenses, aquitanos, borgoñones, etc. para tomar la ciudad. Se dividió en tres frentes. El primero, que haría el asedio efectivo, estaría comandado por el conde Rostany de Girona; el segundo, dirigido por el duque Guillermo de Tolosa y el conde Ademar de Narbona, se establecería entre Lleida y Zaragoza para detener cualquier tipo de ayuda que pudiese venir de Córdoba y por último, el tercer frente encabezado por el propio Luís el Piadoso, que esperaría acuartelado en el Rosellón a que la ciudad capitulara.

El asedio duró unos seis meses. Dolors Bramon apunta que fue desde finales del otoño del año 800 hasta la primavera del 801.[11] Y en concreto entre el 3 y el 4 de abril de ese año, que coincidió con Semana Santa.

El ejército había acampado rodeando las murallas de la ciudad. Según la crónica de Ermold el Negro, Barcelona estaba rodeada de frondosos bosques, los árboles de los cuales fueron utilizados por el ejército franco para la fabricación de escalas, estacas para empalizadas y toda clase de artilugios para el ataque a las murallas:

“... el ejército franco corre en masa por aquí y por allá para preparar la ruina de barcelona. Se precipitan a los bosques. Resuenan los golpes de las hachas. Caen los pinos. Los chopos son abatidos. Uno construye escaleras, otro prepara estacas, uno transporta armas con celeridad, otro amontona piedras.” [12]

Nunca se llegó a luchar a campo abierto, las murallas aguantaron los embates de los arietes francos. Recordemos que estas murallas fueron construidas en tiempos de Diocleciano, entre los siglos III y IV, y que fue precisamente a raíz de una destrucción franca llevada a cabo en el siglo III (260 d.C.)[13] Los ataques fueron constantes, pero los musulmanes estaban bien parapetados en las 78 torres de defensa de que disponía la ciudad. Viendo que el asedio se alargaba y que llegaría hasta el invierno, el valí de la ciudad, Sadún al-Ruanyní pergeñó una treta para poder ir en busca de ayuda a Córdoba, pero esta terminó fatalmente, ya que fue descubierto y capturado, siendo llevado posteriormente a Aquisgrán donde fue ejecutado.[14] Tras este episodio, le fue dado el aviso a Luis en el Rosellón para que viniese a dar el golpe final a la toma de la ciudad. Al ver llegar, dos meses antes de la capitulación, al ejército de reserva, el desánimo hizo mella en la población barcelonesa. Finalmente y tras varios meses de asedio, la ciudad, cansada de pasar hambre, privaciones y tensión por la guerra, decide obligar al nuevo valí a entregar la plaza. El hecho de que fuera entregada la ciudad por libre capitulación, lo podemos encontrar en el preámbulo del Capitular redactado por Carlomagno y que está dedicado a los habitantes de Barcelona:

“ Los godos o hispanos, habitantes en la famosa ciudad de Barcelona o en el castillo de Terrassa, huyendo del cruel yugo de los sarracenos, enemigos del mundo cristiano, se nos acercaron y dieron o cedieron libremente su ciudad a nuestra magnipoténcia, y sustrayéndose a la potestad de los sarracenos, se sometieron a nuestro dominio por su pronta y libre voluntad.” [15]

Tras la toma de Barcelona, a los habitantes árabes y bereberes se les otorgó un plazo de tiempo para abandonar la ciudad. Según Dolors Bramon fue un año.[16] Los musulmanes abandonaron la ciudad, estableciendo una guarnición en Sant Boi de Llobregat.[17]

Para los habitantes cristianos de la ciudad se garantizó el respeto a sus propiedades, el vigor de la propia ley, la facultad de juzgarse entre ellos mismos y la exención de impuestos.

Tras la conquista quedaba la reorganización de las tierras y el hinterland perteneciente a la ciudad. Se fortificó la zona hasta el Llobregat, erigiendo algunas fortalezas para salvaguardar el camino hacia Barcelona y reforzar la frontera. Luis el Piadoso y el conde Ingoberto intentaron infructuosamente conquistar las tierras hasta Tortossa, para delimitar la frontera en el delta del Ebro, como había sido la primera idea de Carlomagno, entre los años 809 y 811. La Marca fue organizada en condados, que en realidad ya existían desde la época del Bajo Imperio y que habían sido conservados por los visigodos. [18] Los condes en un principio fueron de origen franco, el primer conde Barcelona fue Berá.

Bramon, citando a Lévy Provençal[19], nos dice que Barcelona sustituyó a Girona como baluarte delantero del poder franco frente a las tierras musulmanas. Y Ramon d’Abadal dejó escrito que la toma de Barcelona, la única ciudad hispánica que fue ganada por los francos, produjo una gran impresión en todo occidente por el eco que se refleja en la mayoría de los anales de le época.[20]

Tras la toma de 801, la ciudad volvió a caer en manos sarracenas por un breve periodo de tiempo y fue atacada en diversas ocasiones, incluyendo el ataque de Aissó en el 826 que defendió el conde Bernat de Septimania. Pero esto ya se aleja del marco de nuestra breve exposición. Bástenos decir que mayoritariamente la ciudad permaneció en manos cristianas definitivamente y que no fue hasta el año 985 en que fue tomada y destruida esta vez por los sarracenos, historia ésta que queda pendiente para otro próximo post.

Esta vez un solo link: El Imperio Carolingio
Salud, The Damned.

Bibliografía:

--. Art Romànic i Feudalisme al Baix Llobregat. (Arte Románico y Feudalismo en el Bajo Llobregat) Montserrat Pagès i Paretes.

--. Carlomagno. Jacques Delperrié de Bayac. Ediciones Orbis. Barcelona 1985.

--. Dels Visigots als Catalans (De los Visigodos a los Catalanes) Ramon d’Abadal i Vinyals Edicions 62 Vol. I Barcelona 1986

--. Dolors Bramon a: 3 d'abril de 801: la conquesta cristiana de Barcelona. Revista L’Avenç. Núm. 257 abril de 2001

--. Els Primers Comtes Catalans (Los Primeros Condes Catalanes) Historia de Catalunya Vol. I Ramon d’Abadal. Editorial Vicens –Vives. Barcelona 1983

--. Barcelona en la Seva Historia. Breu historia de la ciutat. (Barcelona en su Historia. Breve historia de la ciudad) Frederic Udina, F.P. Verrié et alterii

--. La Marxa Cap a la Independència de Catalunya (877-988) ( La Marcha Hacia la Independencia de Cataluña) Miquel Coll i Alentorn Llibres d’Avui. Barcelona 1989.

--. Poème sur Louis le Pieux et épitres au roi Pépin. Ermold le Noir. Ed. E. Faral, Les classiques de l’historie de France au Moyen Age, París 1964.

NOTAS

[1] La salvaguarda de las fronteras de los Estados Pontificios, amenazadas por Desiderio, duque de las Toscana y rey de los lombardos. Desiderio había invadido los Estados Pontificios y el Papa Adriano I pidió ayuda a Carlomagno, que reconquistó los territorios venciendo a Desiderio en la batalla de Pavía en 774.

[2] Dels Visigots als Catalans (De los Visigodos a los Catalanes) Ramon d’Abadal i Vinyals Edicions 62 Vol. I Barcelona 1986.

[3] Dels Visigots als Catalans (De los Visigodos a los Catalanes) Ramon d’Abadal i Vinyals Edicions 62 Vol. I Barcelona 1986

[4] Algunas fuentes informan que Roldán era el sobrino de Carlomagno, entre ellas El Cantar de Roldán.

[5] Carlomagno. Jacques Delperrié de Bayac. Ediciones Orbis. Barcelona 1985.

[6] La Marxa Cap a la Independència de Catalunya (877-988) ( La Marcha Hacia la Independencia de Cataluña) Miquel Coll i Alentorn Llibres d’Avui. Barcelona 1989.

[7] Publicado en Els Primers Comtes Catalans (Los Primeros Condes Catalanes) Historia de Catalunya Vol. I Ramon d’Abadal. Editorial Vicens –Vives. Barcelona 1983.

[8] Miquel Coll i Alentorn. Op. Cit.

[9] Dels Visigots als Catalans (De los Visigodos a los Catalanes) Ramon d’Abadal i Vinyals Edicions 62 Vol. I Barcelona 1986

[10] Dolors Bramon a: 3 d'abril de 801: la conquesta cristiana de Barcelona. Revista L’Avenç. Núm. 257 abril de 2001

[11] Dolors Bramon op.cit.

[12] Poème sur Louis le Pieux et épitres au roi Pépin. Ermold le Noir. Ed. E. Faral, Les classiques de l’historie de France au Moyen Age, París 1964.

[13] F. P. Verrié. La Barcelona del Món Antic en Barcelona en la Seva Historia. Breu historia de la ciutat. (Barcelona en su Historia. Breve historia de la ciudad) Frederic Udina, F.P. Verrié et alterii

[14] Ermold el Negro. Op. Cit.

[15] Publicado en Els Primers Comtes Catalans (Los Primeros Condes Catalanes) Historia de Catalunya Vol. I Ramon d’Abadal. Editorial Vicens –Vives. Barcelona 1983

[16] Dolors Bramon op.cit.

[17] Art Romànic i Feudalisme al Baix Llobregat. (Arte Románico y Feudalismo en el Bajo Llobregat)Montserrat Pagès i Paretes. Publicacions de l’Abadia de Montserrat. Barcelona 1992

[18] Miquel Coll i Alentorn. Op. Cit.

[19] Dolors Bramon op.cit.
[20] Dels Visigots als Catalans (De los Visigodos a los Catalanes) Ramon d’Abadal i Vinyals Edicions 62 Vol. I Barcelona 1986