Tras un período sabático por asuntos personales, vuelvo a retomar la subida de posts a mi blog Calix Permixtio, esperando que los nuevos temas que aporte sean del interés de todos.
Tras estos meses de abstinencia escritora, he decidido cambiar varias cosas en el blog y hacer otras nuevas. Una de estas nuevas cosas será poner un enlace de música adecuada a la época del tema desarrollado, el cual puede ser escuchado mientras se lee el post. Así en este primer artículo del año 2010, como el tema es la campaña rusa de Napoleón, nada mejor que acompañar el relato con la Obertura 1812 de Tchaikowsky. Que la disfruten.
Ahora pasemos al post propiamente dicho.
Es de todos comúnmente aceptado el hecho que el frío y la mala alimentación fueron los que realmente ayudaron a los rusos a derrotar al poderoso ejército francés. Pero un investigador norteamericano ha formulado la hipótesis que fueron los piojos portadores del tifus los que realmente acabaron diezmando a las tropas napoleónicas. Veamos lo que explica la historia.
En junio de 1812 Napoleón cruzó el río Niemen junto a un contingente de más de 700.000 hombres, de los cuáles 250.000 estaban bajo las órdenes directas del emperador francés.
Napoleón había enviado un ultimátum a Alejandro I en San Petersburgo, ofreciéndole una propuesta de paz. El zar desoyó el ofrecimiento de Napoleón y no se rebajó a responder las querencias del emperador. En falta de una respuesta, Napoleón inició su expedición contra Rusia.
Inició el avance por Polonia, donde no encontró casi oposición, avanzando rápidamente. A medida que se iba adentrando en territorio ruso, la resistencia que estos oponían era casi nula, ya que los preparativos para hacer frente al ejército francés, eran desmontados con rapidez, evitando un establecimiento ruso donde poder resistir el avance napoleónico. Esto hizo que los soldados franceses se fueran adentrando cada vez más en territorio profundo ruso. Algunos autores han llegado a pensar que era una especie de estrategia rusa para llevar a los franceses hacia el interior del país.
Finalmente los rusos al mando del general Barclay se enfrentaron a Napoleón en Borondino el 7 de septiembre. La victoria se inclinó hacia el lado napoleónico, tras desarrollarse una de las batallas más sangrientas de la época.
La derrota del general ruso dejó el camino franco hasta Moscú a Napoleón.
Mientras el comandante en jefe de las tropas rusas, Mijail Kutúzov y el gobernador Rostopchín ordenaban la evacuación y la retirada de víveres de Moscú.
Cuando Napoleón arribó a la ciudad, encontró una urbe vacía y quemada por los propios comandantes rusos, que la habían saqueado días antes. Napoleón esperaba encontrar al Zar Alejandro I en la ciudad para que le ofreciera la capitulación, pero muy al contrario los rusos no se daban por vencidos aun y el zar, evidentemente, no había hecho acto de presencia.
Napoleón viendo la situación, tomó la decisión de retirarse. En su retirada se enfrentó entonces al Comandante Kutúzov en la batalla de Maloyaroslávets, que obligó al ejército francés a desviar su camino hacia occidente por Smolensk, camino donde había tenido lugar sin resultados un enfrentamiento anterior con Barclay. A partir de aquí, Kutúzov utilizó la guerra de guerrillas para hostigar a las tropas napoleónicas.
Al no haber renovado las provisiones en Moscú, donde los rusos las habían hecho desaparecer al estilo de la táctica de la tierra quemada, los problemas de Napoleón comenzaron a agudizarse. Las provisiones de agotaban, muchos soldados franceses desertaban en gran número y los rigores del invierno comenzaban a hacer mella en un ejército mal pertrechado para una campaña de invierno a tan bajas temperaturas como las del área rusa. Muchos soldados y caballos murieron a causa del hambre y el frío.
Finalmente Kutúzov atacó al debilitado ejército francés en el cruce del río Berezina, aplastándolo irremisiblemente en una guerra abierta. Después seguiría hostigando al remanente de las tropas napoleónicas hasta expulsarlas definitivamente del territorio ruso en diciembre de 1812.
Sólo 58.000 hombres, de los más de 700.000 que fueron a la campaña rusa volvieron con vida. Aquella derrota marcaría el inicio del declive del imperio francés.
De todos es sabido que lo mal dotados que iban los franceses y las duras condiciones de frío y hambre, dieron el golpe final definitivo a un ejército mermado por el desaliento y la falta de motivación.
Pero las recientes investigaciones de Stephen Talty, un investigador norteamericano, apoyan la idea que el causante de la derrota francesa fue principalmente el tifus.
Talty documenta su teoría a partir del descubrimiento en Vilnus, capital de Lituania, de una fosa común con los restos de dos mil soldados napoleónicos en el año 2001.
En la investigación que se llevó a cabo sobre los restos, se encontraron rastros del tifus.
Según cuenta Talty en su libro The Illustrious Dead, sólo en la primera semana de la campaña rusa, 6000 soldados cayeron enfermos. La falta de higiene y la incompetencia por falta de medios y desconocimiento de los médicos franceses, dejaron el camino libre a los gérmenes que eran transportados por los piojos. Estos diezmaron brutalmente a la ingente tropa napoleónica, pero aun así, Napoleón insistió en llevar a su ejército hasta Moscú.
Según Talty, a Moscú llegarían solamente hombres enfermos y debilitados, que serían fácilmente derrotados en la batalla del río Berezina.
Personalmente creo que es plausible que el tifus hiciera mella en las tropas francesas, y sobretodo si se han encontrado rastros de la enfermedad en los cuerpos de los soldados hallados. Pero una cosa me hace pensar que no sólo fue tifus lo que diezmó a ejército francés, sino verdaderamente el frío y la falta de provisiones. Pensemos que la campaña comenzó en junio, y que el ejército napoleónico no pensaba encontrar muchos obstáculos hasta llegar a Moscú. Pero las cosas se complicaron y se alargaron más de la cuenta, así que sin ir bien equipados para el frío, los soldados mal podrían luchar con ánimo.
Opino que el error de Napoleón fue no prever que la lucha iba a ser más larga de lo que él esperaba y no retornarse para volver a intentarlo en otra ocasión. Tampoco supo ver que se estaba metiendo en una ratonera al adentrarse tanto en territorio ruso.
No considero que Napoleón cometiera el error, como dice Talty, que viendo a su ejército en tan malas condiciones, lo forzara a marchar sobre Moscú. Ese error parece de novatos y no de un formidable estratega que llegó a forjar un imperio a base de impecables victorias militares.
Pero ya se sabe, a veces, hasta los mejores cometen errores.
Salud, The Damned.
1 comentario:
Cuando una persona se vuelve prepotente por su éxito político, aunque algunos (sus votados), cambiaran de opinión a su semejanza, se pone frío de corazón, y ardiente de mentalidad. No es novatada es tiranía, auténtica tiranía, no como otros, según los demás, que de estos, siempre han habido: vividores y maleantes, y ahora, fracasados e indignados.
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