Desde que en 1949, Willard Libby descubriera la técnica de datación por medio del Carbono 14 (14C), la datación de utensilios y restos arqueológicos entró en una revolución, ya que se consideró la datación por este medio como una consecución muy aproximada de la edad del objeto en cuestión. Muchos han considerado esta técnica como una datación absoluta, aunque en realidad tiene una fluctuación, pequeña pero que en periodos muy concretos puede inducir a error.
La datación por Carbono 14 puede datar muestras orgánicas en intervalos de menos de 60.000 años. Todo cuerpo orgánico durante su periodo de vida absorbe los isótopos de carbono que se encuentran en nuestra atmósfera y que están producidos como consecuencia del bombardeo de átomos de nitrógeno por neutrones cósmicos. Una vez un organismo ha muerto el isótopo empieza su periodo de desintegración, el cual es de unos 5568 años como había determinado Libby y que estudios posteriores fijaron en 5730. Es decir, que tras la muerte del organismo y pasados 5730 años, la masa de los isótopos se habrá reducido a la mitad en el mismo. Cuando se intenta datar esa muestra orgánica, se calcula el C14 que aun resta en cuerpo midiendo su radiactividad. De este modo se puede precisar el momento de la muerte del organismo y los años transcurridos desde ésta hasta 1950, expresada esta cronología como x años antes del presente (BP, before present) El hecho de que se utilice el año 1950 como limite se debe al alto grado de isótopos radiactivos que se lanzaron a la atmósfera debido a las pruebas de armamento atómico desde ese año en adelante.
Mas a pesar de ser una datación bastante fiable tiene un problema, y es que solo se puede utilizar con muestras orgánicas, ya que un cuerpo inorgánico, obviamente no absorbe el C14.
Pero ahora ha salido una noticia esperanzadora y es qué, según parece, en un estudio publicado en el mes de febrero de 2009 en la revista norteamericana ACS, Analytical Chemistry, por Marvin W. Rowe, a partir de ahora los arqueólogos podrán incorporar un nuevo método de datación al gran abanico de técnicas ya usadas. La principal característica del nuevo método es que está pensado para poder ser aplicado a las pinturas parietales.
De todos es sabido que debido a su fragilidad, las pinturas rupestres son las más difíciles de datar, a parte de que se necesitan unos relativos altos niveles de muestra orgánica para el muestreo, cosa de la cual éstas carecen. Así que, por poca cantidad de materia orgánica que se haya podido conservar en las pinturas, podremos efectuar el análisis. La materia que podríamos encontrar en unas pinturas podría devenir de los compuestos orgánicos usados en la confección de los colores o los restos de materia dejada al aplicar la pintura en la pared, con palos de madera u hojas a modo de pinceles, por ejemplo.
Rowe describe el nuevo método, que es altamente sensible, como un acelerador especto métrico de masas, que tan sólo requiere 0.005 miligramos de Carbono. Esta cantidad es significativamente menor de la que se necesita para datar mediante la datación estandarizada del C14. La investigación llevada a cabo incluyó el análisis de pinturas de numerosos países durante un lapso de 15 años.
Con este nuevo método de datación al fin tendremos una aproximación más fiable a la edad de las pinturas, cosa que nos hará obtener un mejor posicionamiento de estas en la escala cronológica.
Les dejo el enlace al estudio de Rowe en la revista ACS Analytical Chemistry (está en inglés)
Radiocarbon Dating of Ancient Rock Paints
Como acompañamiento musical una música de percusión africana.
Salud.
The Damned
La datación por Carbono 14 puede datar muestras orgánicas en intervalos de menos de 60.000 años. Todo cuerpo orgánico durante su periodo de vida absorbe los isótopos de carbono que se encuentran en nuestra atmósfera y que están producidos como consecuencia del bombardeo de átomos de nitrógeno por neutrones cósmicos. Una vez un organismo ha muerto el isótopo empieza su periodo de desintegración, el cual es de unos 5568 años como había determinado Libby y que estudios posteriores fijaron en 5730. Es decir, que tras la muerte del organismo y pasados 5730 años, la masa de los isótopos se habrá reducido a la mitad en el mismo. Cuando se intenta datar esa muestra orgánica, se calcula el C14 que aun resta en cuerpo midiendo su radiactividad. De este modo se puede precisar el momento de la muerte del organismo y los años transcurridos desde ésta hasta 1950, expresada esta cronología como x años antes del presente (BP, before present) El hecho de que se utilice el año 1950 como limite se debe al alto grado de isótopos radiactivos que se lanzaron a la atmósfera debido a las pruebas de armamento atómico desde ese año en adelante.
Mas a pesar de ser una datación bastante fiable tiene un problema, y es que solo se puede utilizar con muestras orgánicas, ya que un cuerpo inorgánico, obviamente no absorbe el C14.
Pero ahora ha salido una noticia esperanzadora y es qué, según parece, en un estudio publicado en el mes de febrero de 2009 en la revista norteamericana ACS, Analytical Chemistry, por Marvin W. Rowe, a partir de ahora los arqueólogos podrán incorporar un nuevo método de datación al gran abanico de técnicas ya usadas. La principal característica del nuevo método es que está pensado para poder ser aplicado a las pinturas parietales.
De todos es sabido que debido a su fragilidad, las pinturas rupestres son las más difíciles de datar, a parte de que se necesitan unos relativos altos niveles de muestra orgánica para el muestreo, cosa de la cual éstas carecen. Así que, por poca cantidad de materia orgánica que se haya podido conservar en las pinturas, podremos efectuar el análisis. La materia que podríamos encontrar en unas pinturas podría devenir de los compuestos orgánicos usados en la confección de los colores o los restos de materia dejada al aplicar la pintura en la pared, con palos de madera u hojas a modo de pinceles, por ejemplo.
Rowe describe el nuevo método, que es altamente sensible, como un acelerador especto métrico de masas, que tan sólo requiere 0.005 miligramos de Carbono. Esta cantidad es significativamente menor de la que se necesita para datar mediante la datación estandarizada del C14. La investigación llevada a cabo incluyó el análisis de pinturas de numerosos países durante un lapso de 15 años.
Con este nuevo método de datación al fin tendremos una aproximación más fiable a la edad de las pinturas, cosa que nos hará obtener un mejor posicionamiento de estas en la escala cronológica.
Les dejo el enlace al estudio de Rowe en la revista ACS Analytical Chemistry (está en inglés)
Radiocarbon Dating of Ancient Rock Paints
Como acompañamiento musical una música de percusión africana.
Salud.
The Damned
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