Es de todos conocido que uno de los grandes azotes de la edad media fueron las epidemias y las plagas y sobre todo la que devastó Europa y parte del norte de África y Asia, es decir, la epidemia conocida como la Peste Negra. En relación con el origen de la Peste Negra y los actuales contagios que todavía se dan en ciertas partes del mundo, apareció en estos días en los medios de comunicación la noticia de que se había secuenciado totalmente el genoma de la bacteria que propagó tan tremenda pandemia, se trataría de la Yersinia Pestis. Esta bacteria acostumbraba a vivir en las pulgas que parasitaban a la rata negra común (Rattus rattus) y que hoy en día es todavía la causante de más de 2000 muertes al año en el mundo.
Utilizando las muestras obtenidas de cuatro víctimas de la Peste enterradas entre los años 1348 y 1350 en el cementerio de East Smithfield, en Londres, un cementerio creado para esta clase de víctimas, los investigadores dirigidos por el profesor Johannes Krause de la Universidad de Tübingen en Alemania, han podido confirmar que aquellas cepas serían los ancestros de las cepas actuales de dicha bacteria. Según los científicos, aquella plaga medieval pudo ser la responsable de la introducción y diseminación por todo el mundo de las cepas de Yersinia Pestis que aún circulan en la actualidad, ya que existen todavía zonas desfavorecidas del planeta en que acontecen muertes producidas por la bacteria descendiente de aquellas cepas que diezmaron Europa en el siglo XIV, aunque hoy se ésta se pueda curar con el tratamiento adecuado.
Según dichos expertos, si se comparan los genomas de las cepas más actuales y las medievales, se podrá detectar que las infecciones actuales están influenciadas por otros factores aparte de la propia genética microbiana, como son los factores medioambientales o bien la susceptibilidad del portador de la enfermedad a la bacteria.
La Peste Negra desencadenó su brote más virulento en el año 1348, aunque hubo rebrotes posteriores en los años 1362 y 1371 y en total llegó a llevarse la vida de casi la mitad de la población europea de aquella época. Algunos investigadores estiman que fueron entre 30 y 50 millones los muertos por el contagio de esa enfermedad. Había tres tipos distintos de Peste, diferenciados según sus características. Así tenemos la existencia de la Peste bubónica, la más habitual y cuyo contagio era debido a la pulga de la rata; la Peste pulmonar, donde el contagio era de persona a persona y por último la Peste septicémica, siendo esta última la menos común de todas.(1)
Según parece, la enfermedad fue introducida en Europa por las ratas de los barcos venecianos que llegaban desde Asia. Así se podría rastrear su diseminación a través de las rutas comerciales por los principales puertos de la época. En España pudo haber entrado por tres vías diferentes: Mallorca (la más probable) Barcelona o Valencia que eran los puertos más activos del Mediterráneo hispánico.
La falta de higiene de las personas en general y la de las ciudades en concreto coadyuvó a que la enfermedad se propagase de forma rápida. Es decir, las ciudades solían ser de calles estrechas, sucias, frías, húmedas y mal ventiladas y muy a menudo bastante oscuras. Además, se acostumbraba a vivir muy de cerca con los animales domésticos que en las grandes ciudades coexistían en las mismas zonas de vida que los habitantes. Por otro lado, la falta de una recogida adecuada y eficaz de los cadáveres de animales y de restos orgánicos, como por ejemplo los producidos por los mercados, estimulaba la existencia en las calles y casas de la susodicha rata negra, cosa que hizo que la pandemia azotara con mayor facilidad a las zonas urbanas, aunque la población rural tampoco se libró.
Hemos de buscar también antecedentes en las malas cosechas que se prodigaron durante el primer tercio del siglo, sobre todo a partir de 1333 y debidas a ciertos cambios climáticos (un enfriamiento notable del clima) que desembocaron en una hambruna generalizada que desestabilizó el equilibrio entre los recursos alimentarios y la población. A partir de la segunda mitad del siglo XIV esos desequilibrios se agudizaron con la aparición de diversas epidemias, principalmente la peste, cosa que provocó una incidencia negativa en la evolución demográfica.
Las consecuencias de esa pandemia fueron heterogéneas, no entraremos ahora a citarlas todas ya que escaparía del marco de este post, pero sí señalaremos que, como apunta Jordi Günzbeg en su trabajo(2), algunos autores consideran que aquel desequilibrio produjo un cambio importante en los valores sociales y humanos de la mentalidad de aquel siglo, al comprobar que una enfermedad sin una causa aparente atacaba a todos los estamentos sociales por igual. Se llegó a creer que se trataba de un castigo apocalíptico y divino, asociándolo a las citas bíblicas sobre la aparición de los jinetes del Apocalipsis. Según estos autores, todo ello conllevaría en cierto modo y grado a la aparición de lo que se denominó posteriormente como el Renacimiento.
Particularmente a mí me gustaría hacer hincapié en la incidencia que aquellas hambrunas y pandemias tuvieron en contra del campesinado adscrito a la tierra.
Recordemos que en el siglo XIV, en este caso en España y sobre todo en Cataluña, estaba en pleno auge el sistema económico y social del feudalismo, en el cual, entre otras cosas, los campesinos debían pagar los diezmos al señor para poder trabajar las tierras. Pero el abuso de estos señores hacia los campesinos era algo que minaba tanto el ánimo como la salud de éstos y eso se reflejó aún más con las epidemias y las malas cosechas. Los señores exigían el pago de sus diezmos fuera como fuera, si por culpa de una mala cosecha el campesino no podía hacer efectivo el pago, debía intercambiarlo o bien con otras especies o bien con dinero. Si aun así éste no podía hacerse, entonces se acumulaba para el año siguiente, sumado entonces al pago del año corriente y, además, una multa proporcional a lo no pagado el año anterior.
Realmente esa debió ser una de las causas que, además, conllevaron a la funesta merma de la población rural. Entonces podemos concluir que la presión fiscal conllevaba miseria y hambre, cosa que convertía a los campesinos en presa fácil de la epidemia. Pero de todas formas el número de muertes fue mucho mayor en las ciudades y los ámbitos urbanos como ya fue señalado más arriba.
Esta secuenciación del genoma de la bacteria Yersinia Pestis es una buena ocasión para sacar conclusiones y analizar en profundidad los modelos de transmisión de enfermedades desde el pasado hasta hoy. Esperemos que se aproveche.
Salud.
The Damned.
Notas:
1) Vida Quotidiana a la Ciutat de Barcelona Durant la Pesta Negra 1348. Jordi Günzberg i Moll
2) Jordi Günzberg op. cit.
Bibliografía:
--- Pagesos i Remences. El món rural medieval. Andreu i Joan Ramon Varela. Ed. Barcanova.
BCN 1993 (Campesinos y Remensas. El Mundo Rural Medieval)
--- Vida Quotidiana a la Ciutat de Barcelona Durant la Pesta Negra 1348. Jordi Günzberg i Moll.
Episodis de la Història. Nº 329 Edicions Dalmau,Barcelona 2002 (Vida Cotidiana en la Ciudad
de Barcelona Durante la Peste Negra 1348)
--- Noticia de La Vanguardia, edición digital (13-10-2001)
Utilizando las muestras obtenidas de cuatro víctimas de la Peste enterradas entre los años 1348 y 1350 en el cementerio de East Smithfield, en Londres, un cementerio creado para esta clase de víctimas, los investigadores dirigidos por el profesor Johannes Krause de la Universidad de Tübingen en Alemania, han podido confirmar que aquellas cepas serían los ancestros de las cepas actuales de dicha bacteria. Según los científicos, aquella plaga medieval pudo ser la responsable de la introducción y diseminación por todo el mundo de las cepas de Yersinia Pestis que aún circulan en la actualidad, ya que existen todavía zonas desfavorecidas del planeta en que acontecen muertes producidas por la bacteria descendiente de aquellas cepas que diezmaron Europa en el siglo XIV, aunque hoy se ésta se pueda curar con el tratamiento adecuado.
Según dichos expertos, si se comparan los genomas de las cepas más actuales y las medievales, se podrá detectar que las infecciones actuales están influenciadas por otros factores aparte de la propia genética microbiana, como son los factores medioambientales o bien la susceptibilidad del portador de la enfermedad a la bacteria.
La Peste Negra desencadenó su brote más virulento en el año 1348, aunque hubo rebrotes posteriores en los años 1362 y 1371 y en total llegó a llevarse la vida de casi la mitad de la población europea de aquella época. Algunos investigadores estiman que fueron entre 30 y 50 millones los muertos por el contagio de esa enfermedad. Había tres tipos distintos de Peste, diferenciados según sus características. Así tenemos la existencia de la Peste bubónica, la más habitual y cuyo contagio era debido a la pulga de la rata; la Peste pulmonar, donde el contagio era de persona a persona y por último la Peste septicémica, siendo esta última la menos común de todas.(1)
Según parece, la enfermedad fue introducida en Europa por las ratas de los barcos venecianos que llegaban desde Asia. Así se podría rastrear su diseminación a través de las rutas comerciales por los principales puertos de la época. En España pudo haber entrado por tres vías diferentes: Mallorca (la más probable) Barcelona o Valencia que eran los puertos más activos del Mediterráneo hispánico.
La falta de higiene de las personas en general y la de las ciudades en concreto coadyuvó a que la enfermedad se propagase de forma rápida. Es decir, las ciudades solían ser de calles estrechas, sucias, frías, húmedas y mal ventiladas y muy a menudo bastante oscuras. Además, se acostumbraba a vivir muy de cerca con los animales domésticos que en las grandes ciudades coexistían en las mismas zonas de vida que los habitantes. Por otro lado, la falta de una recogida adecuada y eficaz de los cadáveres de animales y de restos orgánicos, como por ejemplo los producidos por los mercados, estimulaba la existencia en las calles y casas de la susodicha rata negra, cosa que hizo que la pandemia azotara con mayor facilidad a las zonas urbanas, aunque la población rural tampoco se libró.
Hemos de buscar también antecedentes en las malas cosechas que se prodigaron durante el primer tercio del siglo, sobre todo a partir de 1333 y debidas a ciertos cambios climáticos (un enfriamiento notable del clima) que desembocaron en una hambruna generalizada que desestabilizó el equilibrio entre los recursos alimentarios y la población. A partir de la segunda mitad del siglo XIV esos desequilibrios se agudizaron con la aparición de diversas epidemias, principalmente la peste, cosa que provocó una incidencia negativa en la evolución demográfica.
Las consecuencias de esa pandemia fueron heterogéneas, no entraremos ahora a citarlas todas ya que escaparía del marco de este post, pero sí señalaremos que, como apunta Jordi Günzbeg en su trabajo(2), algunos autores consideran que aquel desequilibrio produjo un cambio importante en los valores sociales y humanos de la mentalidad de aquel siglo, al comprobar que una enfermedad sin una causa aparente atacaba a todos los estamentos sociales por igual. Se llegó a creer que se trataba de un castigo apocalíptico y divino, asociándolo a las citas bíblicas sobre la aparición de los jinetes del Apocalipsis. Según estos autores, todo ello conllevaría en cierto modo y grado a la aparición de lo que se denominó posteriormente como el Renacimiento.
Particularmente a mí me gustaría hacer hincapié en la incidencia que aquellas hambrunas y pandemias tuvieron en contra del campesinado adscrito a la tierra.
Recordemos que en el siglo XIV, en este caso en España y sobre todo en Cataluña, estaba en pleno auge el sistema económico y social del feudalismo, en el cual, entre otras cosas, los campesinos debían pagar los diezmos al señor para poder trabajar las tierras. Pero el abuso de estos señores hacia los campesinos era algo que minaba tanto el ánimo como la salud de éstos y eso se reflejó aún más con las epidemias y las malas cosechas. Los señores exigían el pago de sus diezmos fuera como fuera, si por culpa de una mala cosecha el campesino no podía hacer efectivo el pago, debía intercambiarlo o bien con otras especies o bien con dinero. Si aun así éste no podía hacerse, entonces se acumulaba para el año siguiente, sumado entonces al pago del año corriente y, además, una multa proporcional a lo no pagado el año anterior.
Realmente esa debió ser una de las causas que, además, conllevaron a la funesta merma de la población rural. Entonces podemos concluir que la presión fiscal conllevaba miseria y hambre, cosa que convertía a los campesinos en presa fácil de la epidemia. Pero de todas formas el número de muertes fue mucho mayor en las ciudades y los ámbitos urbanos como ya fue señalado más arriba.
Esta secuenciación del genoma de la bacteria Yersinia Pestis es una buena ocasión para sacar conclusiones y analizar en profundidad los modelos de transmisión de enfermedades desde el pasado hasta hoy. Esperemos que se aproveche.
Salud.
The Damned.
Notas:
1) Vida Quotidiana a la Ciutat de Barcelona Durant la Pesta Negra 1348. Jordi Günzberg i Moll
2) Jordi Günzberg op. cit.
Bibliografía:
--- Pagesos i Remences. El món rural medieval. Andreu i Joan Ramon Varela. Ed. Barcanova.
BCN 1993 (Campesinos y Remensas. El Mundo Rural Medieval)
--- Vida Quotidiana a la Ciutat de Barcelona Durant la Pesta Negra 1348. Jordi Günzberg i Moll.
Episodis de la Història. Nº 329 Edicions Dalmau,Barcelona 2002 (Vida Cotidiana en la Ciudad
de Barcelona Durante la Peste Negra 1348)
--- Noticia de La Vanguardia, edición digital (13-10-2001)
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