jueves, 14 de agosto de 2008

MONASTERIO DE VALLBONA DE LES MONGES


El pasado fin de semana me acerqué de nuevo al monasterio cisterciense femenino de Santa María de Vallbona. De hecho, como estuve alojado en la casa de unos familiares en Rocallaura, di una vuelta por la zona. El pueblo de Rocallaura está en el límite de las comarcas de l’Urgell en la provincia de Lleida y la Conca de Barberà en la de Tarragona. Así que también aproveché e hice una visita a la hermosa ciudad de Montblanc, famosa por sus representaciones. Durante la festividad de Sant Jordi en el mes de abril, se representa la lucha del santo contra el dragón que según la leyenda, asolaba la zona. Así Sant Jordí tras dar muerte al dragón, también rescata a la hija del conde, que había sido entregada por éste como pago al dragón para evitar sus ataques.

Pero lo que aquí quiero en realidad es hacer una pequeña referencia del monasterio de Vallbona de les Monges. Un monasterio que sigue en activo desde su fundación hace 850 años. Yo ya había tenido ocasión de visitarlo anteriormente, pero esta vez me encontré con el acicate de la visita comentada. A mi, a fuer de ser sinceros, no me acaban de gustar las visitas comentadas. La razón de ello es por la pobre información de algunos guías, que ni suelen ser del medio histórico. Tal fue el caso de una exposición sobre castillos. Tras todas las explicaciones pertinentes, la guía dio opción a la “ronda de preguntas” (sic). Yo tenía unas cuantas preguntas, quizá muy técnicas o muy profesionales, pero la verdad es que la guía en cuestión no supo responder a ninguna de mis interpelaciones. Su respuesta solía ser que desconocía ese tema en concreto. Al final le pregunte cuál era su especialización y me respondió que ella era estudiante de cocina. Increíble, ¿Cómo un museo (No pongo cuál fue para evitar polémicas) pone como guía a una estudiante de cocina sin ninguna preparación en historia? En fin, desde aquel día prefiero evitar las visitas comentadas, porque incluso me parece que algunas de las estudiantes que suelen hacer de guías, hablan en tonos excesivamente altos y con un histrionismo fuera de lugar, (normal para que le escuche todo el mundo, podría argumentarme alguien. Sí, pero no para los que estamos en la otra punta del museo y no queremos ser partícipes de los comentarios, respondería yo) Básteme acordarme de la guía de un monasterio cántabro, la cual soltó más chistes que explicaciones sobre la historia y la arquitectura del lugar. Pero como en el monasterio de Vallbona era obligación, me tocó unirme al grupo. Me llevé una agradable sorpresa, pues esta vez el que daba las explicaciones lo hacía de una forma muy correcta e interesante. Aunque sólo son visitables el claustro, la iglesia abacial y la Sala Capitular, las explicaciones ofrecidas por el cicerone rezumaban una cultura y un conocimiento del tema excelente. Nos explicó las diferentes fases de construcción del claustro y quienes fueron los patrocinadores, las distintas etapas de la iglesia y las características de la Sala Capitular. Todo ello aderezado con sus buenas dosis de historia del lugar en un tono suave, docto y ameno a la vez. Fue gratificante.

El Real Monasterio de Santa María de Vallbona, es el menor de los tres monasterios que conforman la ruta cisterciense catalana. Los otros dos son los monasterios de Santes Creus y el de Poblet. En todos ellos hay enterrados reyes de la Corona catalano-aragonesa.

El valle en que está enclavado el monasterio era en tiempos de los orígenes de éste un valle insalubre, zona de pantanos y según los documentos, era un lugar horrible y de gran soledad. El primer origen del monasterio se debería a un anacoreta llamado Ramón de Vallbona, pero parece más una leyenda distorsionada, ya que el nombre de Vallbona fue dado varios años después de que las monjas adecuaran el paisaje.

En realidad sí parece ser que ciertos anacoretas se asentaron en la zona y dieron paso a que la orden del cister fundara allí el núcleo primitivo del monasterio. Hay un documento de 1154 que ilustra el asentamiento de anacoretas masculinos y femeninos bajo la regla de san Benito. Tras varios años de contemplación de la regla, los hombres se desplazaron a la zona de Montsant, zona rocosa de la comarca del Priorat en Tarragona. Allí aquellos anacoretas emigrados fueron el núcleo primitivo de la posterior Cartuja Scala Dei. Pero en la zona de Vallbona quedaron las monjas. Aquellas mujeres siguieron su contemplación durante unos años hasta que fueron integrándose en la orden del Cister. Esto fue posible gracias a la llegada a la zona en 1176 de cuatro monjas provenientes del monasterio de Tulebras en Navarra. Este monasterio era el primer cenobio cisterciense femenino en la península y era una fundación del monasterio francés de Lumen Dei, en Favars (hoy Fabas) en la diócesis de Comminges. Una de las llegadas fue Ória Ramírez, sobrina de García Ramírez rey de Navarra. Esta fue la primera abadesa del monasterio. Con ella se empezó a adecuar el pantanoso valle y convertirlo en una tierra fértil. En esas nuevas tierras se asentaron granjas y pueblos. Esto duró casi tres siglos. Y desde entonces se empezó a llamar a la zona la Vallbona de les Monges (en castellano, El Valle Bueno de las Monjas.)

Los reyes Alfonso I el Casto y Jaume I el Conquistador, se hospedaron durante un tiempo y lo acogieron bajo su protección. Las hijas de las principales familias nobles del país formaron parte del cenobio.

El monasterio alcanzó una gran prosperidad, llegando a obtener el señorío y la jurisdicción de la baronía de Vallbona. También creó diversas filiales, como el monasterio de Valldonzella en Barcelona.

El cenobio siguió su vida en prosperidad, creando el claustro, cuya duración duró 400 años. La Iglesia, fomentada por Bernardo de Claravall y el resto de los edificios, tanto administrativos como de domésticos.

En ese transcurso de tiempo y tras el desecado y adecuación de la zona, la zona se llenó de campesinos pero en forma de hábitat disperso. El monasterio seguía estando en una zona aislada y desprotegida. Pero esto cambiaría en el siglo XVI con las pautas y prohibiciones del Concilio de Trento (1545-1563). Una de las disposiciones del concilio fue la prohibición de que los monasterios femeninos estuvieran aislados. Esto daba dos opciones a las monjas de Vallbona, marcharse de allí o ceder las tierras de dominio directo y circundante del monasterio a nuevos pobladores para fundar un pueblo. En 1573 las monjas tomaron la segunda opción. Estas cedieron parte de la clausura monástica a campesinos venidos del pueblo de Montesquiu, situado en la comarca de Osona. Así se fundó el actual pueblo de Vallbona de les Monges.

Como nota final me gustaría comentar que en 1800 se recibió en el monasterio un cuestionario formulado por el Vicario General de la Orden del Cister, remitido a la abadesa de aquel entonces, Teresa de Riquer y de Sabater (1767 -1802). El cuestionario estaba formado cinco preguntas referentes al origen y fundación del monasterio, su fundador y los bienes fundacionales, si a causa de la pérdida de sus rentas iniciales hubo de volverse a hacer dotación, así como si esta actuación fue obra de particulares o bien por parte de los reyes; el sistema de elección de la abadesa y por último si en algún momento del pasado los Papas o los reyes se guardaron el derecho a nombramiento de las abadesas. La abadesa pidió ayuda al padre Jaime Pascual, ex abad del monasterio de Bellpuig de las Avellanas, el cual respondió al cuestionario con un informe que se ha convertido en la primera historia escrita del monasterio. Este informe es conocido hoy día como el “Llibre Verd del Pare Pasqual” ( El Libro Verde del Padre Pascual) y es el manuscrito más preciado del cenobio.

Arquitectónicamente el monasterio tiene las líneas generales de los cenobios cistercienses. Antiguamente el edificio cenobial estuvo rodeado por una muralla, al igual que sus hermanos de Santes Creus y Poblet. Pero se desmanteló en 1920.

Los edificios monásticos están estructurados siguiendo el trazado del claustro. Este claustro tiene planta trapezoidal y en las distintas alas del mismo se pueden observar distintos estilos, desde el austero románico cisterciense al gótico más cargado, pero en la concepción austera de la orden. La iglesia, de planta de cruz latina, pertenece constructivamente a la transición del románico al gótico. Está dotada de tres ábsides y de una cubierta de crucería ogival del siglo XIV. En su interior están enterradas, entre la mayoría de las abadesas, la reina Violante de Hungría, esposa de Jaume I y su hija Sancha, que murió de peregrinaje a Tierra Santa. En cuánto a la Sala Capitular su trazado y estilo es gótico.

El año pasado el monasterio celebró el 850 aniversario de su fundación y desde entonces ha habido una continuidad en la vida comunitaria de las monjas.

La visita al monasterio es muy agradable y una excursión por la zona muy tonificante, en todos los sentidos, por tanto, les recomiendo su visita.

Como links les dejo los de los monasterios de Vallbona y Tulebras más otro link sobre el Concilio de Trento.

Monasterio de Vallbona de les Monges

Cenobio de Tulebras, Navarra

Concilio de Trento

Salud, The Damned.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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